Una comida increíble

Todos los días María tiene que preparar y servir la comida.

Pero la familia es indiferente, no aprecia sus esfuerzos y la ignora.
Su marido José lee el periódico y dos niños se distraen con otras cosas: Alejandro, el más grande, llame a sus amigos, mientras que Miguel, el más pequeño, ve la televisión.

María es un poco frustrada y enojada, pero no sabe cómo salir de esta mala situación.

Mientras duerme, sueña un ángelito travieso que sugiere la solución y le susurra al oído:
“¿Quieres que la familia va a prestar atención y aprecio a tu trabajo?
Debes aplicar las normas de comercialización, es decir el marketing.
Tienes que ser un poco creativa para aprender a vender tus productos.
Tienes que sorprender tus clientes con la creación de un producto de marca para cautivar el interés de la familia.”

Al día siguiente, mientras todo el mundo está lejos de casa, María saca del armario un vestido que llevaba cuando era más joven: una blusa llamativa, una minifalda y zapatos con tacones de aguja.

Prepara una gorra roja con el logotipo Mamy y un menú escrito en forma de comida rápida.

Se peina el pelo a la ultima moda.
Despues se maquilla en manera atractiva para ocultar las arrugas y disimular el paso del tiempo.

Pone la mesa en el comedor y, a la hora del almuerzo, se presenta con el nuevo aspecto.
Todo el mundo  se sorprende de su transformación.
La familia entiende el mensaje y desde entonces vive feliz para siempre.
Moraleja de la fábula: hoy en dia no vale la sustancia, sino l’aparencia de las cosas.
¡Esto es el poder de la publicidad!